Entradas

Mostrando las entradas de octubre, 2020

Malú:

  Si no recuerdo cómo te conocí, cómo fue que entraste en mi vida, es que ni el tiempo ni el modo conservan sentido.   Te mantendré como el recuerdo de la propia sonrisa o del Sol en la bóveda, como todo aquello que no se mantiene inmóvil, porque al final nada lo está.   Recordaré tu amistad sincera, generosidad ilimitada, y tu cocina exótica de estupendas melodías acompañada.   Recordaré aquellas tardes al salir de la escuela en las que, por comprender a mi madre, me permitiste compartir tu mundo, en el que filmes franceses y relatos árabes alimentaron una semilla que mis padres, sin saber, habían sembrado.   Tu nombre, mi nombre, la deliciosa charla de sobremesa mientras el Sol se oculta. Las historias de tantos mundos reunidos en el nuestro, De vocaciones sin nombre De independencia   Agradezco cuanto fue de nuestro encuentro en esta vida, y cuanto será en la próxima porque tu fortaleza no se olvida Y el recuerdo al f

"Smile"

  En ocasiones es bueno caminar, recorrer los pasillos, andar por sólo andar... Al hacerlo puedes encontrarte a ti mismo, y cuando no, a alguien más.  Tal vez ese alguien camina como tú, o realmente mantiene un rumbo, un sitio... Le miras. Se aleja, se acerca, parece dar vueltas y, cuando menos lo esperas, levanta la vista de su carga, esa que le ha hecho repasar todo el sitio por horas... Y justo ahí te regala lo que nunca podrías cambiar: una sonrisa sincera que te reconoce, una que te hace parte de cuanto te rodea, te hace sentir viva, contenta. Con esa sonrisa despiertas y respondes al gesto, devuelves alegría y te das cuenta de que, al donarla has repuesto energías, estás lista para continuar, no sólo andar, sino saber bien hacia dónde caminar. Pasan días, te haces de objetivos, logras unos y luchas por no perderte en otros. Esos días has tenido que batallar con armas prestadas, has crecido y has pedido ayuda para concluir contiendas. Algunos días son mejores que otros, na

Café matutino

  Despertar de golpe después de ver el fuego que lanzó una bala justo hacia tu rostro. Levantarte y no poder mantener tu camino recto, te apoyas en las paredes y llegas al cuarto contiguo. Entras, consigues alcanzar la mesa de media noche y tomas una toalla, está empapada y fresca, logras despertarte y quitar de tus ojos las lagañas, esas que acumulas solamente cuando pasas noches en llanto. Recuerdas lo que pasó, pero ya no te importa, recordar duele y el dolor no te ha permitido nada. Ahora sabes que es tarde, la alarma debió sonar cien veces y tú decidiste ignorarla para continuar en tus fantasías, esas malditas pesadillas que sigues intentando vivir. Por fin te mantienes de pie sin soporte, tus pies descalzos están mugrosos y sabes que necesitas un buen baño, pero antes quieres café. Bajas, la lumbre ya está encendida, una mujer se ha sentado a la mesa, mientras lee la Biblia con el delineador corrido entre los ojos desayuna un omelette empapado en salsa de tomate, parece lle

Fantasía

Vivir con obsesiones debe ser un infierno... Es un infierno. Mientras duermes, sueñas, y los sueños sólo son eso, y es fatal. Al despertar, lo primero que llega a la mente es aquello, nada más. Lo tomas y anexas a los pocos o muchos recuerdos que quedan de los sueños, sabes que son uno mismo, porque esa es la obsesión. Te levantas, buscas una distracción y terminas envuelta en recuerdos, te crees que hoy puede ser un día nuevo, aunque puede que pienses que será peor, no mejor. Dejas que el agua te mantenga despierta, pero en este estado te deja también soñar y, si decides no arriesgarte, el cansancio tendrá el mismo efecto. Caminas, lo piensas; hueles, lo recuerdas; música, lo sientes... No hay un instante real, te crees tanto tus historias que les das vuelta mil veces, aunque sabes que en ellas no hay nada, aunque entiendes que te estás matando, que pierdes el tiempo y la vida en un sueño... Un sueño que es infierno, pero sin duda es lo mismo que el cielo, ese que llega cu

Tú, sueño

  ¿Cuánto esfuerzo hace falta para no pensarlo? Paso noche y día con esa maldita idea en la cabeza, me distraigo con niñerías y proyectos sin importancia, camino de noche y me mojo la cabeza para despertar del sueño... Te sueño, más que nunca, como si continuaras a mi lado. Hace tiempo creí poder intentarlo, pero sentí que hacía mal, caminé de lado y me caí. Después de levantarme miré y te habías ido, supuse que tenía sentido. Hace poco entendí que no hay sin palabras, no habrá sin acciones, pero todavía me encuentro en este maldito sueño, creyendo que se puede, pero que no lo valgo, que todo lo que siento es falso y, cuando logre asimilarlo podré salir de la pesadilla de quedarme a tu lado, tras una pared por la que te veo, pero no te hablo. Leí en alguna parte versos hermosos, que decían cuanto había pasado, los escribí para no olvidarlos, los cargué conmigo a diario y luego los pasé a una hoja en blanco en la que imaginaba que pondría la Luna de aquella noche. Nunca me atrev

Ángel

  Puede que crean que estoy loca, pero yo he visto ángeles en los pasillos. Puede que crean que alucino, pero sé que en esto no me puedo equivocar: a veces los veía marchar entre los edificios, subir, bajar, andar como locos para hacer de éste un mejor lugar. Los ángeles no siempre cantan ni tocan campanas o arpas, a veces les gusta el silencio, se desplazan tan rápido que apenas puedes notarlos. Los ángeles no siempre vuelan, pero podrías apostar que están atentos a cuanto sucede, arreglan tanto sin que sepas, sonríen cuando te miran y con ello te dan fuerzas. Los ángeles no te engañan, te dejan saber que existe el mal, pero hacen todo cuanto está en ellos para evitar que caigas en ese lugar. Un ángel se marcha rápido, pues está listo para luchar, ha enseñado cuanto sabe y le toca el tiempo de descansar, pero... Cuando un ángel parte muchos sienten su ausencia, la luz que dejan toma un tono distinto y la cera va cayendo en la mesa hasta crear una montañita que marca el tiemp

Incompleto

Descubrí tu proyecto, era grande en verdad, honesto. Sigo pensando que lo que pasó fue por algo, pero no me atrevo a atribuir tu acercamiento hacia Él a ello. Cuando lo vi era muy tarde, no tenía forma de apoyarte y parece que no lo lograste, quisiera decirte que vale la pena volver a intentar, aunque sea para algo nuevo, seguro que ideas y opciones te sobran, y te apoyaría buscando manos. Solía creer que lo que sucedió pasaría, pero temo que cargaré con esto toda la vida, no te volveré a ver ni sabré cuando hagas algo como esto, cuando necesites una mano y esté dentro de mí un camino para ayudarte. Creo que tendré que afrontar la verdad: ya no soy ni eres para mí de ningún modo, aunque quiera pensar que un día podríamos reencontrarnos, dejar lo que pasó a un lado y contar las historias que conviertes en teatro y que yo escribo en las noches para nunca olvidar. No puedo dejar de llorar cuando quiero hablar contigo, me siento impotente e idiota, como quien busca a un muerto. Sé qu

Aquel árbol...

  Si por un momento te hablara de aquel árbol, si tuviese el tiempo para desglosar cuanto recuerdo...      Comenzaría diciendo que tiene tanto fruto malo como bueno, y sí, se seca fácilmente, pero jamás le falta dentro de la dulce resina. Es un árbol fuerte, que no cae con el viento y, si acaso le golpeara un rayo o a su alrededor comenzara un incendio, sin duda se mantendría en pie, a pesar de lo débil que quedaría.       Es un árbol que ya he visto florecer varias veces, y también vi pasar en él el otoño y el invierno, marcándole fuertemente con el frío sufrimiento. Alguna vez intenté cuidarlo, pero me dio miedo pasar las noches en medio del bosque por tantos cuentos, terminé abandonándole una tarde de primavera, casi ya en el verano que me perdí en medio del pueblo, no del bosque.       Cuando le volví a encontrar ya no era ese árbol, había cambiado tanto que decidí volver a visitarlo cuanto fuese necesario para que, con ello, lograse conocerlo e intentar protegerlo cuanto me quedas